jueves, 31 de mayo de 2012

Resumen del documental sobre la criogenización

Existe una persona que ha criogenizado a dos de sus seres queridos para evitar su muerte por enfermedades, y existen otros veinte españoles dispuestos a seguir su ejemplo. Lo hizo hace catorce años, según el momento en el que se grabó este documental. Aurelia criogenizó a su hija muerta de veintiún años con la esperanza de que tecnologías futuras pudieran curarla. Dicha hija, Cristina, se encuentra en Arizona. Existen unos cincuenta y nueve cuerpos congelados, pero setecientas personas han firmado para unirse a esta comunidad, para ser suspendidos y ser despertados cuando la ciencia pueda curar sus dolencias. Sin embargo, antes de criogenizar un cuerpo hay que someterlo a varios procesos, como extraerle la sangre para evitar la descomposición, introducirle crioprotectores y cubrirlo con plástico para congelarlo. Estos procesos cuestan unos 120000€, por lo que muchos pacientes optan por congelar únicamente la cabeza y el cerebro, ya que, una vez la cabeza haya sido "revivida", el resto del cuerpo se podría clonar. A muchas personas les parece la mejor opción, ya que les gustaría poder volver a vivir cien años después, jóvenes y en el futuro. Hay gente que se dedica a la creación de organizaciones que apoyan la criogenización y crean zonas residenciales para que los criogenizados vivan en ellas en el futuro. También se ha probado a criogenizar animales, y de momento con los hámsters no se ha avanzado mucho. La ya mencionada Aurelia ha criogenizado a dos seres queridos, y cuando muera se criogenizará también. Espera reunirse con ellas en el futuro, cuando sea "resucitada".
Francamente, yo me criogenizaría si tuviera la opción, ya que opino que la opción de poder vivir en el futuro y observar qué aciertos y qué errores ha cometido la humandiad a lo largo del tiempo durante el que se ha permanecido suspendido puede ser bastante interesante (he de reconocer que lo que más me interesa es maravillarme con los coches voladores de los que tantos hay en la ciencia ficción), pero creo que sólo criogenizaría mi cabeza y mi cerebro. Por otra parte, creo que sólo criogenizaría mi cabeza por varias opciones: la primera es, obviamente, que el coste no es tan elevado como el de la criogenización de cuerpo completo, y la segunda es que, como el resto del cuerpo se puede desarrollar mediante clonación, se puede aprovechar, jugar un poquito a ser Dios y crear un cuerpo que no corresponda con el que el criogenizado tuvo, sino que sea un cuerpo más ajustado a los gustos del sujeto criogenizado. Aunque a primera vista son todo ventajas, creo que la principal desventaja sería el aumento de la población global debido al "despertar" de la gente criogenizada.

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